11 de septiembre

Author: Mcphisto /

Ese día desperté aproximadamente a las 7 am con un cielo totalmente libre de nubes (al igual que el cielo de Nueva York) se supone que seria un día normal y sin sobresaltos, debía asistir a clases en la universidad de manera que antes de ir a mi centro de estudios, como cualquier día, previo a ir a la universidad, debía cumplir con mis rituales matutinos que consistían en: ordenar la habitación, asearme, limpiar la casa, hacer las compras en la panadería y por ultimo desayunar.

De manera que cuando me encontraba aseando por lo general se tenía la costumbre de tener encendida la radio y por ende sintonizar RPP (Radio Programas del Perú). Fue así como mediante este medio de comunicación escucho la voz probablemente de Raúl Vargas, anunciando como un “flash informativo” el lamentable accidente aéreo ocurrido en el World Trade Center, un avión comercial colisiona con una de las torres gemelas.

La noticia fue tan impactante que me apresure a encender la TV, de hecho todos los medios informativos proclamaban la noticia, cuando le aplique un zapping generalizado a todos los canales de televisión paga, todos al unisonó informaban del hecho. Fue entonces que minutos después me convertí en una persona mas, de las millones de personas que alrededor del mundo fueron testigos de la embestida del segundo avión con la Torre Sur del World Trade Center. Fueron segundos de asombro, perplejidad, confusión, temor e incomprensión a lo que en esos instantes ocurría, en esos segundos veía como “el segundo avión iba como una flecha disparada a máxima velocidad con la finalidad de alcanzar su objetivo”, sencillamente no podía dar crédito a mi asombro, esa escena tal cual como si se tratase de una película de “acción”, ese suceso tan abstruso de comprender, era la realidad pura.

No podía entender hasta que grado de perfidia somos capaces los seres humanos de provocar, con el objetivo de crear el pánico, se sentía un ambiente de terror e inclusive se voceaba que ese incidente seria el desencadenante de una guerra destructiva sin precedentes, los medios informativos anunciaban “Estados Unidos bajo ataque”, la primera potencia mundial era sometido a un ataque en su propio territorio de tal magnitud jamás vista.

Por lo tanto era de esperarse que las represalias de venganza que tomaría la primera potencia económica y militar sería según mi pensamiento un acontecimiento apocalíptico para la nación que hubiera osado realizar tan disparatado ataque, sin embargo no ocurrió ninguna acción de represalia en ese día, después los hechos serían conocidos por todos.

Lo que ocurrió después en ese fatídico 11 de septiembre es historia conocida.

Ahora escribiré los acontecimientos que me ocurrieron en esa fecha.

Llegando a la universidad, el tema de convergencia era los ataques de las Torres Gemelas, la cuestión es que nunca falta una persona que en ese momento, utilizando una mordaz ironía, se refería al asunto. En esos tiempos jugaba ajedrez con varios compañeros en las horas de descanso a manera de relax. De modo que mientras se desarrollaba la partida de ajedrez apareció un conocido mío y dijo:

“Bueno a partir de este momento Estados Unidos no podrá jugar ajedrez”

¿Por qué lo dices? Le replique

-No te das cuenta- me contesto. Estados Unidos perdió sus dos torres.

De vuelta a casa mientras revisaba todos los canales del cable, sintonice el canal ESPN justo en la previa del partido, minutos después los equipos AS Roma y Real Madrid salen a la cancha del olímpico de Roma, para jugar su encuentro correspondiente a la Champions League, ambos equipos salieron con un cintillo negro en señal de luto, y en el estadio se guardo un minuto de silencio.

En la tarde eran los canales de señal del cable los que seguían transmitiendo los acontecimientos en Nueva York, mientras los comentaristas hacían su análisis de los acontecimientos, pude observar un edificio colindante con la zona cero derrumbarse en esos instantes.

Llegada la noche se veía las imágenes de un sinnúmero de equipos motorizados que ingresaban a la zona cero, con la finalidad de remover poco a poco la infinidad de escombros, producto de los derrumbes.

Ese día existía una gran incertidumbre, no se podía adivinar con certeza que rumbo tomaría el mundo, pero si se podía tener una sospecha de que una escalada de violencia se avecinaba en el futuro inmediato, situación que efectivamente se cumplió.

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