Dibujos Abstrusos

Se avecina una nueva fiesta navideña, un año mas que termina, debo admitir que esta fiesta navideña lo recibo con un mayor grado de indiferencia a comparación de años anteriores, no tengo una respuesta concluyente para este sentir, pero como le comente a algún amigo, la navidad se disfruta bastante en la época de la infancia y pubertad, es en esos años que la emoción de la familia reunida, la cena navideña, el chocolate, el panetón, el pavo navideño y en especial la ansiedad por el regalo navideño, fueron épocas donde se podía disfrutar mas de estas fechas.

Particularmente puedo decir que las fiestas navideñas que pasé en mi infancia fueron agradables, si bien nunca recibí de mis padres un regalo suntuoso, ni nada por el estilo, tampoco fue para mi de grado importancia el costo del regalo, era para mi suficiente la intención de querer obsequiarte algo sin importar el costo, aunque quizá algunos años mas tarde, podía darme cuenta que otros familiares míos (me refiero a algunos primos aproximadamente de mi misma edad) en esas fechas, recibían obsequios bastantes llamativos y espectaculares, lo cual en cierto modo me preguntaba porque otros eran mas afortunados de recibir regalos mas interesantes y por ende costosos, sin embargo me daba cuenta que la economía era la causa principal de esa aparente diferencia. Y por lo tanto asentía que no debía buscar explicaciones sin sentido, ni reclamarles nada a mis padres.

En particular una vez llegado la medianoche se cenaba, se conversaba y se brindaba por la felicidad y éxitos de la familia, por lo general se trataba de tocar asuntos graciosos y nada complejos.

Hoy en día escuchar las canciones navideñas, observar a la gente de un lado para otro averiguando precios, comprando obsequios, adornos para el árbol navideño o adquiriendo accesorios para el nacimiento navideño, ya no provocan en mí sentimientos de algarabía desbordante o emotividad desenfrenada, hoy en particular siento las fiestas navideñas como algo no necesariamente apesadumbrado, si no como algo reflexivo, porque llegar a estas fechas implica necesariamente hacer un balance de un año que prácticamente termina, probablemente el estado de ánimo influya en los objetivos alcanzados, es casi probable que muchas personas que consiguieron las metas que se propusieron, esta fiesta navideña sea de bastante alegría, por el contrario las personas que no consiguieron lo que se propusieron en este año, sin lugar a dudas estas fiestas navideñas querrán que pase aceleradamente, pero ¿las personas que se encuentran en termino medio? Es decir personas que no pasaron por experiencias positivas o negativas en grado extremo. Probablemente sea mi particular punto de vista cuando pretendo explicar que las fiestas navideñas representan una etapa de reflexión (que valga la redundancia no pase por experiencias ni negativas o positivas para resaltar). Digamos que lo planteo como una cuestionable hipótesis a mi explicación con respecto a mi estado de ánimo reflexivo en estas fiestas navideñas.

Sin lugar a dudas, para nada pretendo desvirtuar la felicidad que para muchos implica celebrar estas fiestas, el estado de ánimo es cambiante y si bien se podría sospechar que el post que escribo tiene un tinte algo pesimista, solo quiero hacer constancia mi grado de indiferencia a esta celebración, que aclarando nuevamente el estado de ánimo oscila y quizá ¿Quién sabe? El mismo día de navidad lo reciba con una alegría exultante.